Darrin Stephens es un joven publicista que se enamora de Samantha, una bella y dulce joven. Samantha y Darrin se casan, pero durante su luna de miel ella le confiesa que es una bruja, y desde ese momento pasan extrañas y divertidas situaciones a causa de sus poderes. Para empeorar las cosas, la madre de Samantha, Endora, desaprueba rotundamente el hecho de que su hija esté casada con un mortal, y para expresar su disgusto le hace la vida imposible a Darrin, quien a su vez le tiene prohibido a Samantha hacer uso de la brujería en su vida cotidiana. A esto se suma su vecina, Gladys Kravitz, quien a menudo se da cuenta de los hechizos que Samantha y Endora realizan, pero cuyo esposo, Abner, tras escuchar acerca de dichas situaciones, atribuye simplemente a la imaginación de Gladys.